domingo, 14 de febrero de 2010

Obama en las Américas: En búsqueda de una estrategia eficaz

Por Roger Noriega
AEI Panorama Latinoamericano, Enero de 2010

La política para las Américas del presidente Barack Obama en 2009 parece haber sido
más improvisada que diseñada intencionalmente, pero es probable que los retos de
2010 exijan una respuesta estratégica de Estados Unidos. Se espera que la
administración de Obama logre que la política de Estados Unidos en la región sea más
eficaz a futuro y que haya aprendido de los diversos acontecimientos y
circunstancias del último año. La administración de Obama debe estar preparada para
hacer frente a la creciente inestabilidad de Venezuela, mejorar las relaciones con
Brasil durante la transición presidencial, fortalecer los vínculos con Colombia y
brindar a México una asistencia más sólida en la lucha contra las drogas.

Puntos clave de este panorama:

* Parece improvisada la política de Estados Unidos hacia el resto de América durante
el primer año de mandato del presidente Barack Obama; se precisará una respuesta más
estratégica para lidiar con los retos de 2010.
* Un primer paso para el desarrollo de una política eficaz en la región sería
analizar la amenaza que la Venezuela de Hugo Chávez representa para Estados Unidos
y responder con todos los recursos disponibles.
* La administración de Obama también debe tratar de fortalecer los vínculos con
Brasil y Colombia y de prestar una mejor asistencia a México en su campaña contra
los letales carteles de narcotraficantes.

Para leer el articulo, por favor visite: http://www.aei.org/outlook/100937.
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El nuevo año podría resultar ser extraordinariamente rico en acontecimientos y
desafiante para los intereses de Estados Unidos en el hemisferio occidental. Si bien
Obama todavía no presentó una política significativa para la región, todo indica que
2010 planteará nuevos retos y oportunidades que exigirán una respuesta ágil y
estratégica de Estados Unidos para prevenir una mayor caída de su influencia en la
región o, lo que sería peor, una amenaza para la paz en las Américas.

Como primera medida, Obama debe enfrentar el problema de Venezuela con una
inestabilidad interna cada vez mayor; la agresión del dictador en ciernes Hugo
Chávez contra su país vecino, Colombia, específicamente, y contra la democracia
regional, en general; y los preocupantes vínculos de Venezuela con Irán, el rebelde
nuclear. A fin de profundizar las relaciones con el gigante de la región, Obama
también debe lidiar hábilmente con la transición futura en Brasil donde en octubre
se celebrarán elecciones presidenciales. Asimismo, debe consolidar una asociación
estratégica con Colombia, a fin de promover un tratado de comercio y demostrar que
Estados Unidos no abandonará a sus aliados, con el propósito de evitar que la
"guerra fría" entre Venezuela y Colombia se convierta en una "guerra caliente". Por
último, Obama debe tomar medidas para brindar asistencia más eficaz a la lucha
contra las drogas en México, país que está logrando enormes progresos en su batalla
contra los cárteles
de narcotraficantes, sin recibir de Estados Unidos más que un apoyo moral.

Un año en la curva de aprendizaje

El primer año de Obama presentó una curva de aprendizaje empinada porque basó su
política exterior en la idea de que lo único que tenía que hacer para ganar la
región era no ser George W. Bush. Aunque la mayoría de los gobiernos de las Américas
estaban bastante incómodos con las duras tácticas antiterroristas de Bush y con la
guerra en Irak, su administración mantuvo relaciones positivas con la mayoría de los
gobiernos a lo largo de todo el espectro político. Por ejemplo, el cálido vínculo
con el presidente de Brasil Luis Inácio "Lula" da Silva fue producto de la
diplomacia personal de Bush. El progreso extraordinario en la relación con Colombia
estuvo basado en una política bipartidista iniciada durante el gobierno de Bill
Clinton. La inédita cooperación en materia de seguridad con México lograda hacia el
final del mandato de Bush demostró la notable madurez de esas sensibles relaciones
bilaterales. No es un dato menor que el secretario de Estado Colin L. Powell haya
viajado
más veces a la región en cuatro años que sus dos predecesores en ocho. Bush
duplicó la asistencia para el desarrollo en la región, de US$800 millones a
US$1.600 millones, e incluso canceló deudas que Estados Unidos mantenía con la
Organización de los Estados Americanos (OEA). La Administración anterior también
negoció tratados de libre comercio con cerca de la mitad de los países de América
Latina, los últimos dos (con Colombia y Panamá) están en el Congreso a la espera
de un gesto favorable de Obama. En síntesis, es posible que Obama enfrente
dificultades para mejorar los vínculos con la región si, por el momento, está
ofreciendo menos que su predecesor.

Muchos sucesos de 2009 generaron cierto grado de escepticismo en la región acerca
del nuevo líder de Estados Unidos, quien todavía no visitó ningún país de América
Latina, con excepción de México. La actitud grosera de los líderes de izquierda de
Venezuela, Bolivia y Nicaragua en la cumbre regional de abril realizada en Trinidad
y Tabago era previsible.[1] Sin embargo, el hecho de que Obama permaneciera en
silencio durante sus inapropiados y hostiles discursos sí fue sorpresivo y sugirió
que no estaba dispuesto a malgastar su capital personal en defender a los Estados
Unidos o sus antecedentes en la región. Los activistas democráticos de muchos países
donde el Estado de derecho y los derechos humanos corren peligro pueden haber
llegado a la conclusión que estaban librados únicamente a sus propios recursos.

Prácticamente, un mes después en la Asamblea General de la OEA en San Pedro Sula,
Honduras, todos los países de la región desestimaron las objeciones de la
administración de Obama y firmaron una resolución que le habría permitido a la Cuba
comunista volver a integrar la OEA sin precondiciones. Al momento de elegir entre el
carismático y joven líder de mano blanda de Estados Unidos, y un dictador decrépito
con un pie en la tumba, toda la región se manifestó totalmente dispuesta a asestarle
una derrota humillante a Obama en los primeros meses de su mandato. El anfitrión de
la Asamblea, el por entonces Presidente de Honduras, Manuel Zelaya, llegó a
ridiculizar la revolucionaria Carta Democrática Interamericana porque exigía que el
respeto por la democracia y los derechos humanos fueran una condición para la
readmisión de Cuba. La diplomacia severa de la secretaria de Estado Hillary Clinton
bloqueó el consenso respecto al borrador, pero luego de su partida, la delegación de
Estad
os Unidos aceptó un texto que eliminaba la suspensión de Cuba a cambio de
referencias vagas a los valores democráticos de la región. Eso fue suficiente para
provocar al irascible Fidel Castro y hacer que rechazara cualquier idea de que Cuba
obtuviera un escaño en la OEA. Lo importante en este caso no es que Estados Unidos
haya esquivado un disparo diplomático, sino el hecho de que el resto del hemisferio
haya dudado tan poco antes de disparar.

El equipo de Obama enfrentó una tercera prueba a fines de junio del año pasado,
cuando Zelaya fue desplazado del gobierno por tratar de sostener un referéndum que,
de haber sido aprobado, le habría permitido permanecer en el poder. El referéndum
seguía el ejemplo autocrático de quien maneja los hilos de Zelaya, Hugo Chávez, y
violaba claramente la constitución de Honduras. Haciendo caso omiso a que, según la
constitución de Honduras, Zelaya renunció a su trabajo, Venezuela y otros países
abrumaron a la OEA para que denunciara lo que ellos denominaban un "golpe de
Estado". Después de meses de no manifestar su oposición a las multitudes enardecidas
por Chávez, la administración de Obama no se manifestó con claridad respecto de si
aceptaría los resultados de las elecciones presidenciales de noviembre de Honduras,
programadas antes de la salida de Zelaya. Demostrando que finalmente había aprendido
los límites del multilateralismo, el equipo de Obama abandonó sensatamente el conse
nso de la OEA en noviembre, cuando optó por reconocer al nuevo presidente electo
Porfirio Lobo, que asumirá el 27 de enero.

El episodio de Honduras representa una lección vigente para el equipo de Obama, ya
que muestra la toxicidad del papel de Chávez en la región. Los populistas
autoritarios, que violan día a día la democracia y los derechos humanos en sus
países, pregonaron cínicamente esos valores cuando presionaron para que Zelaya fuera
sustituido. Incluso antes de cumplir la voluntad de Chávez a favor de Zelaya, la OEA
renunció a toda credibilidad como defensora de la democracia al pasar por alto años
de conductas autocráticas de los caudillos de Venezuela, Bolivia, Ecuador y
Nicaragua; la OEA incluso designó veedores para ayudar a darle mejor imagen al
referéndum inconstitucional de Zelaya . La Carta Democrática Interamericana era
inútil según Zelaya en el caso de Cuba, pero exigió que se la aplicara para su
restitución. Semanas después de desplegar la alfombra de bienvenida para la
dictadura de Cuba, los mismos diplomáticos votaron a favor de expulsar a Honduras
por ejercer la defensa de su
propia constitución ante un jefe deshonesto a cargo del Poder Ejecutivo. Los
gobiernos que se escandalizan ante la menor violación de la soberanía celebraron
cuando Chávez intervino en los asuntos internos de Honduras; este accionar llevó a
ese país al límite de la constitucionalidad y amenazó con ejecutar acciones
militares e instaurar la violencia callejera en nombre de Zelaya.

La cuarta prueba para la administración de Obama llegó en julio, cuando un acuerdo
de rutina que permitía el acceso de personal y aviones de seguridad de Estados
Unidos a Colombia, para misiones de lucha contra las drogas, suscitó duras críticas
de muchos gobiernos de América del Sur. Chávez estaba al frente de estas críticas,
diciendo que el acuerdo era una "declaración de guerra."[2] Las exasperadas
reprimendas de los títeres chavistas de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y otros países
no fueron precisamente una sorpresa, pero los comentarios escépticos de los líderes
responsables de Brasil y Chile indican que la diplomacia de Estados Unidos debe
trabajar para mejorar las relaciones en la región. A pesar de las abrumadoras
pruebas que demuestran la gran acumulación militar de Chávez y su apoyo material y
político a grupos narcoterroristas que libran algo parecido a una guerra ilegal, en
su nombre, contra Colombia; los políticos de la región condenaron a la víctima y
sospecharon
de los esfuerzos que debe realizar Colombia para defender a su pueblo con la ayuda
de su aliado Estados Unidos. El 30 de octubre, cuando se firmó el acuerdo, Colombia
ya había tenido que calmar a los críticos garantizándoles que el acuerdo estaba
basado en el principio de no intervención en los asuntos internos de otros
países.[3]

Entretanto, un acuerdo fundamental de promoción del comercio con Colombia, que
esencialmente fija los beneficios de un programa de comercio y lucha contra las
drogas existente, espera hace más de dos años la aprobación del Congreso de Estados
Unidos.[4] Durante su campaña, Obama manifestó algunas dudas acerca del acuerdo,
pero no lo desestimó totalmente. Sin embargo, como Presidente se rindió ante las
críticas sobre los antecedentes del derecho laboral de Colombia efectuadas por
miembros del Congreso y los sindicatos, las cuales están bloqueando la ratificación
del acuerdo.[5] Mientras el tratado languidece en el Congreso, Colombia sufre porque
muchos países de América del Sur--en especial su principal socio comercial,
Venezuela--recortaron su comercio para castigar su alianza con Estados Unidos.[6]
Chávez lleva varios años tratando de distraer a su afligido pueblo llevándolo al
borde de la guerra con Colombia, su histórico rival.

El año pasado dejó varias lecciones para la administración de Obama. Como candidato
presidencial, Obama criticó la "arrogancia" de Bush y prometió que la política para
las Américas estaría basada en el respeto mutuo.[7] En agosto de 2009, Obama estaba
atacando la "hipocresía" de los líderes de la región que lo culpaban por no haber
impuesto la restitución de Zelaya en Honduras: "Los críticos que sostienen que
Estados Unidos no intervino en Honduras son los mismos que dicen que siempre estamos
interviniendo y que los yanquis debemos salir de América Latina", comentó el
frustrado Presidente. "No se pueden mantener las dos posturas."[8] Es posible que el
Presidente haya aprendido un par de cosas sobre la región en 2009, pero a menos que
aplique una política más eficaz y proactiva en 2010, la triste realidad es que
Chávez seguirá saliéndose con la suya.

¿Responderá Estados Unidos?

Los críticos de los antecedentes de Estados Unidos en el resto de las Américas
celebran su menguante interés. En un artículo reciente, el ex secretario de
relaciones exteriores de México Jorge G. Castañeda manifestó satisfacción ante el
hecho de que la administración de Obama no pudiese manejar la situación de Honduras.
Se alegró de que: "Por primera vez en siglos, Estados Unidos parece no estar
demasiado preocupado por lo que pasa en América Latina."[9] Minimizó de manera
generosa la necesidad de "expiación o humildad" por parte de Estados Unidos, pero
sostuvo que una actuación menos prominente conlleva que los caudillos que están en
contra de Estados Unidos ya no pueden culpar a Washington por sus problemas. Por
supuesto, Castañeda cuenta con que la asistencia económica, las visas y el comercio
de Estados Unidos estarán disponibles cuando la gente en el resto de las Américas
necesite esos beneficios. También teme que esta saludable política de "desinterés
benigno" se derrum
be si Estados Unidos responde a las provocaciones retóricas de Chávez o se vea
obligado a intervenir en caso de que surja una ofensiva autoritaria o emerja un eje
Irán-Rusia en Venezuela.

Al igual que muchos críticos de la política de Estados Unidos, Castañeda no reconoce
que existen consecuencias muy concretas cuando este país no alza su voz para
defender la democracia representativa, los derechos humanos o sus intereses en
materia de seguridad, por temor a provocar una diatriba infantil por parte de
Chávez. La reticencia que mostramos respecto de estos temas en los últimos años
envalentonó a los enemigos y desmoralizó a los aliados de Estados Unidos.

Mientras Estados Unidos busca recuperar una módica influencia en la región y llevar
adelante un programa proactivo en el hemisferio, se enfrentará a una dura oposición
proveniente de un grupo de estados movilizados por el imperialismo "bolivariano" de
Chávez; de algunos aliados que no saben si Estados Unidos defenderá sus propios
intereses y mucho menos los de ellos; de estados influyentes satisfechos con la
pasividad de Estados Unidos; y de instituciones multilaterales (en especial la OEA)
que no pueden logar consenso en torno de los temas más esenciales a causa de las
imposiciones por parte de Chávez. Arturo Valenzuela, un diplomático experimentado y
respetado, juró en noviembre como Secretario de Estado Adjunto para Asuntos del
Hemisferio Occidental. Su nombramiento se demoró varios meses porque los senadores
de Estados Unidos se opusieron al manejo de la crisis de Honduras por parte del
Departamento de Estado y tenían dudas más generales acerca de la disminución del
lider
azgo de Estados Unidos en la región, que comenzó en los últimos años de la
administración de Bush.

Castañeda concede que si Chávez consolidara una dictadura u ofreciera a Irán un
puesto de avanzada en este hemisferio, estaríamos ante provocaciones genuinas que
exigirían una respuesta de Estados Unidos. Lo que Castañeda no reconoce es que esos
escenarios se están registrando en Venezuela actualmente. Eso nos lleva a la
pregunta que Valenzuela debe responder ahora: ¿Responderá con eficacia Estados
Unidos?

El camino por recorrer

Los diplomáticos de Estados Unidos deben estar preparados para las oportunidades y
posibles crisis que tendrán lugar el año que comienza.

La caída de Venezuela. Este podría ser un año muy difícil para Chávez. Aunque nadie
lo iguala en la gestión del caos, el carácter crónico de los problemas que enfrenta
hoy en día no puede resolverse sobornando a los críticos, atacando a los enemigos
políticos o tratando de ganarse el favor de las masas. El año pasado, Venezuela
sufrió cuatro cortes del suministro de energía a nivel nacional y este año trajo
aparejado un racionamiento de la electricidad; aunque la terrible sequía que afectó
los generadores hidroeléctricos es la causa más cercana de este problema, el sector
de energía necesita US$18.000 millones en inversiones inmediatas para alcanzar la
demanda actual.[10] Chávez pidió a los venezolanos que limiten la duración de sus
duchas a tres minutos para ahorrar agua y energía. Hace 30 años que el Gobierno de
Venezuela no realiza una inversión significativa en el sistema de agua de Caracas,
período durante el cual la población creció más del 50%. Los puentes y vías públi
cas clave se están desmoronando; este deterioro de la infraestructura ahoga el
comercio y genera problemas para millones de ciudadanos. La politización de la
policía y los tribunales generó un estado de anarquía y una tasa de homicidios cada
vez mayor convirtiendo a la ciudad de Caracas en la segunda ciudad más peligrosa
del hemisferio. Según un nativo de Venezuela, a las familias en duelo que buscan
servicios funerarios se les dice que "saquen un número y esperen". Los secuaces
chavistas corruptos quienes se vieron premiados por acuerdos bancarios muy
beneficiosos casi hacen colapsar al sector financiero; el gobierno se vio obligado
a intervenir aproximadamente una docena de bancos para tratar de mitigar el impacto
sobre millones de ahorristas.[11] Además, la burda devaluación de la moneda que
anunció Chávez a principios de este mes ayudará a su gobierno pero perjudicará a su
pueblo y estrangulará la economía del sector privado.

A pesar de que la ocasional escasez de alimentos o las eventuales crisis políticas
pueden abordarse con medidas a corto plazo, es posible que la lista de problemas
crónicos esté alcanzando a Chávez, quien es más famoso por su prolífico gasto que
por la eficacia de su gestión. Las elecciones de la Asamblea Nacional están
programadas para septiembre, y ello puede llevar a que Chávez comience a sentir una
presión política sin precedentes. Los crecientes retos pueden llevarlo a tomar
medidas drásticas que podrían provocar enfrentamientos con los ciudadanos y los
militares: ambos grupos se han cansado del maltrato de su beligerancia. También es
posible que cumpla sus amenazas de guerra contra Colombia. El equipo de Obama puede
verse presionado a tomar decisiones difíciles si un Chávez desesperado utiliza la
violencia para reprimir a la oposición o provoca un conflicto con Colombia.

La transición en Brasil. No debe sorprender que los índices de aprobación de Lula
estén cerca del 75% si consideramos que la economía de Brasil está retomando un
crecimiento sostenido luego de la crisis financiera mundial, millones de habitantes
salieron de la pobreza extrema en los últimos años y que exista un gran optimismo
sobre el continuo progreso social y económico. Todavía no sabemos si Lula podrá
transferir esa "magia política" a Dilma Rousseff, ex jefa de Gabinete, la candidata
elegida por él como su sucesora en el Partido de los Trabajadores. José Serra, ex
ministro de salud y de planificación, y actual gobernador de São Paulo, representa a
la oposición (Partido de la Social Democracia Brasileña) y tiene una ventaja
significativa pero cada vez menor en por lo menos una encuesta realizada en el mes
de diciembre.[12] El resultado final de la elección de octubre, que exigirá un
ballotage a menos que un candidato obtenga la mayoría en primera vuelta, no está
definido ni
mucho menos. Se espera que ambos candidatos mantengan el equilibrio de políticas
macroeconómicas ortodoxas y programas de lucha contra la pobreza que tanto sirvió
a Lula. Sin duda, entre los dos principales candidatos, Serra es el más orientado
al libre mercado, pero comparte la opinión, típicamente brasileña, de que el
Estado debe cumplir una función importante en el desarrollo económico.[13]

Como se indicó antes, el gobierno de Bush estableció relaciones notablemente
positivas con Brasil a pesar de las diferencias ideológicas y un debate de larga
data sobre los subsidios agrícolas y el comercio. A medida que se acercan las
elecciones, Lula ha enfatizado sus diferencias con Estados Unidos, a punto tal de
llegar a invitar al presidente de Irán Mahmoud Ahmadinejad a Brasil, precisamente
cuando la comunidad internacional estaba acorralando al rebelde nuclear.[14] Para
profundizar y ampliar los vínculos con el gigante de América Latina, la
administración de Obama tendrá que emplear una diplomacia inteligente y sensata.
Valdría la pena establecer un vínculo especial con Brasil, que incluya el diálogo
sobre reforma fiscal y la modernización económica a través de consultas permanentes
respecto de retos regionales, y que promueva la integración económica entre las dos
potencias del hemisferio. El esfuerzo bien valdría la pena.

La transición en Cuba. Cuando Fidel Castro transfirió el poder formalmente a su
hermano Raúl en julio de 2006, puso a prueba la teoría de algunos analistas
dedicados a Cuba en Estados Unidos, que sostenían que el nuevo líder era un
reformista encubierto. En lugar de abrir el espacio político y económico, Raúl
consolidó el aparato estalinista que ayudó a crear al servicio del mandato
arbitrario de Fidel.[15] Además, Fidel mantiene a raya a su hermano. La mano
vengativa del anciano dictador puede verse en la purga de 20 altos funcionarios
públicos ocurrida en febrero del año pasado, entre los cuales había líderes jóvenes
como el ex vicepresidente primero Carlos Lage Dávila, a quien los apologistas de
Castro describieron como un posible arquitecto de un cambio generacional, capaz de
gestionar un aterrizaje suave para salvar el sistema.[16] El hecho de que Raúl no
haya logrado ningún cambio de importancia en los 30 meses que lleva en el cargo sin
duda echó por tierra las esperanz
as de los cubanos desesperados por un cambio. Las purgas de líderes jóvenes y la
designación de dinosaurios en la camarilla de gobierno de Raúl también tensaron la
transición, por lo que es todavía más probable que el régimen esté destinado a
colapsar.

No es momento para que la administración de Obama experimente con concesiones
unilaterales que podrían darle un día más en el Gobierno a los hermanos Castro. Es
evidente que el régimen no está de ánimo para negociar, probablemente porque los
Castro saben que no pueden resistir ningún obstáculo interno. Algunos encargados de
formular políticas con sólidos conocimientos sostienen que la Secretaria de Estado
Clinton está convencida de que nada bueno puede pasar en Cuba si hay un Castro en el
poder. Se espera que pueda convencer al Presidente para que mantenga el embargo de
Estados Unidos y la prohibición del turismo a fin de utilizar esto como instrumento
el gobierno de transición posterior a Castro. Si el equipo de Obama resiste la
tentación de apuntalar el régimen en un intento falaz de lograr una transición
estable, podría tener el privilegio de normalizar los vínculos con una Cuba libre.

La consolidación de los progresos alcanzados en Colombia. Con un apoyo sustancial de
Estados Unidos, los colombianos lograron grandes avances en su lucha contra el
tráfico ilícito de drogas y los grupos narcoterroristas. La calidad de vida de los
colombianos mejoró de manera sustancial, y los índices de secuestros y homicidios
están bajando de manera abrupta.[17] Incluso en plena crisis mundial, la economía de
Colombia volvió a registrar notables tasas de crecimiento. No obstante, el trabajo
en Colombia no está terminado. Aunque actualmente el país tiene mejores capacidades
para asumir los costos de su propio desarrollo económico, mantener la asistencia en
materia de seguridad es esencial para consolidar el éxito de la política exterior de
Estados Unidos. Más aún, si Obama lograra un acuerdo de promoción del comercio, no
solo ayudaría a garantizar la prosperidad de Colombia, sino que además enfatizaría
la relación estratégica de Colombia con Estados Unidos. Los generales de V
enezuela podrían renunciar a lanzar una ofensiva poco meditada contra un aliado de
Estados Unidos.

La realización de nuestra tarea en México. En octubre de 2007, en el contexto de la
Iniciativa de Mérida, Bush y su par mexicano Felipe Calderón acordaron cooperar en
la lucha contra los letales cárteles de narcotraficantes que atormentan al pueblo
mexicano, socavan el Estado de derecho en México y envían cocaína y otras drogas a
los consumidores en Estados Unidos. El Congreso destinó US$1.120 millones para
combatir estas actividades en México; sin embargo, según un informe de la Oficina de
Responsabilidad del Gobierno emitido en el mes de diciembre, al 30 de septiembre de
2009 solo se habían entregado US$24 millones (o sea 2% del total).[18] Los
funcionarios del gobierno aducen que la lentitud en la efectivización de la
asistencia se debe a las condiciones que establece el Congreso, la debilidad
institucional de México y los largos plazos de entrega en la adquisición de
artículos de altos precios, como helicópteros. Cabe destacar que las autoridades de
México avanzaron a pes
ar de las sanguinarias represalias de las pandillas delictivas, propinando golpes
notables a los cárteles, matando y capturando jefes y dificultando sus operaciones
ilegales.[19] La administración de Obama, de todos modos, debe redoblar sus
esfuerzos para prestar este apoyo fundamental a México.

¿A la altura de las circunstancias?

A pesar de que asumió el compromiso de hacerlo durante su campaña, Obama todavía no
nombró un enviado especial para las Américas. La mayoría de los analistas sostienen
que Valenzuela tiene la talla necesaria para liderar el equipo de América Latina,
pero manifiestan que le vendría muy bien recibir el apoyo de un "peso pesado"
político para obtener la atención y los recursos necesarios para enfrentar los
grandes retos que tiene por delante.

Un primer paso para desarrollar una política más eficaz para el 2010 consistiría en
realizar una evaluación exhaustiva y entre las distintas agencias respecto de la
amenaza que representa Chávez para los intereses de Estados Unidos, y evaluar si
nuestro gobierno cuenta con la asistencia para el desarrollo, la asistencia de
seguridad y los activos de inteligencia que se preciso para hacer frente a ese reto.
Aunque Estados Unidos está preocupado por otras amenazas serias, perder
oportunidades o hacer caso omiso de los riesgos en nuestro propio vecindario
conlleva un precio muy alto.

Roger F. Noriega (rnoriega@aei.org), un funcionario senior del Departamento de
Estado entre 2001 y 2005, es miembro visitante de AEI y director ejecutivo de Vision
Americas LLC, que representa a clientes extranjeros y locales.


Notas

1. Julianna Goldman y Kim Chipman, "Obama Pledges to Fight Poverty, Fends Off
Criticism on Cuba", Bloomberg.com, 18 de abril de 2009, disponible en
www.bloomberg.com/apps/news?pid=20601087&sid=auvif2K3YP_s&refer=home (consultado el
11 de enero de 2010).
2. Candace Piette, "Leaders to Tackle U.S.-Colombia Deal", BBC News, 27 de agosto de
2009, disponible en http://news.bbc.co.uk/2/hi/americas/8224342.stm (consultado el
11 de enero de 2010); y Juan Forero y Mary Beth Sheridan, "U.S.-Colombia Deal
Prompts Questions", Washington Post, 27 de agosto de 2009.
3. Hugh Bronstein, "Colombia, U.S. Sign Military Cooperation Deal", Reuters, 30 de
octubre de 2009.
4. Pueden encontrarse datos sobre el acuerdo de promoción del comercio entre Estados
Unidos y Colombia, que se firmó en noviembre de 2006, véase Oficina del
Representante Comercial de los Estados Unidos, "Colombia FTA", 13 de octubre de
2009, disponible en www.ustr.gov/trade-agreements/free-trade-agreements/colombia-fta
(consultado el 11 de enero de 2010).
5. Doug Palmer, "Obama Voices Support for Colombia Trade Deal", Reuters, 29 de junio
de 2009.
6. Doreen Hemlock, "Colombia Holds Major Export Event in Miami", Miami Herald, 17 de
noviembre de 2009.
7. "Una alianza de las Américas solo tendrá éxito si se basa sobre cimientos de
respeto mutuo. Es hora de volver la página de arrogancia en Washington y de
sentimiento antiestadounidense de la región, que obstaculiza el progreso. Es hora de
que nos escuchemos entre nosotros y aprendamos los unos de los otros", dijo el por
entonces senador Barack Obama en un discurso en Miami, Florida. Ver Barack Obama,
"Remarks of Senator Barack Obama: Renewing U.S. Leadership in the Americas",
(discurso, Miami, 23 de mayo de 2008), disponible
www.barackobama.com/2008/05/23/remarks_of_senator_barack_obam_68.php (consultado el
11 de enero 2010).
8. Stephen Collinson, "Obama Slams Honduras Critics at North America Summit", Agence
France-Presse, 11 de agosto de 2009.
9. Jorge G. Castañeda señaló: "La realidad es que Estados Unidos ya no quiere, o
quizás ni siquiera puede, elegir quién gobierna en Tegucigalpa, o en ningún punto de
la región. Si pensamos en la historia del hemisferio, estamos ante un hecho notable
y, sin duda, transformador". Ver Jorge G. Castañeda, "Adios Monroe Doctrine: When
the Yanquis Go Home", The New Republic, 28 de diciembre de 2009.
10. "Venezuela Begins 2010 with Electricity Rationing", Agence France-Presse, 3 de
enero de 2009.
11. Paul Maidment, "Chavez’s Bank Purge", Forbes.com, 9 de diciembre de 2009,
disponible en
www.forbes.com/2009/12/06/hugo-chavez-venezuela-opinions-notes-on-the-news-paul-maidment.html
(consultado el 11 de enero de 2010).
12. La encuestadora brasileña Datafolha y el periódico Folha de São Paulo realizaron
encuestas telefónicas con 11.429 adultos entre el 14 y el 18 de diciembre. Se dijo
que el margen de error era de +/– 2%. Ver "Rousseff Grows, Serra Stable in Brazil",
O Polls and Research, 10 de enero de 2010, disponible en
www.angus-reid.com/polls/view/34817/rousseff_grows_serra_stable_in_brazil
(consultado el 12 de enero de 2010).
13. Un discurso de Serra ofrece información importante sobre el enfoque del
candidato hacia la política económica y fiscal y la función del Estado en la
economía de Brasil. Ver el siguiente pasaje: José Serra, "A Latin American
Perspective on the Crisis (Part I)", Globalist, 2 de julio de 2009, disponible
www.theglobalist.com/StoryId.aspx?StoryId=7857 (consultado el 11 de enero de 2010).
14. 14. John Lyons, "Brazil’s New Standing Threatened by Ahmadinejad Visit", Wall
Street Journal, 23 de noviembre de 2009.
15. Human Rights Watch publicó un informe integral sobre la represión sostenida. Ver
Human Rights Watch, New Castro, Same Cuba: Political Prisoners in the Post-Fidel Era
(Human Rights Watch, Washington y Nueva York, 18 de noviembre de 2009), disponible
en www.hrw.org/en/reports/2009/11/18/new-castro-same-cuba (consultado el 11 de enero
de 2010).
16. Humberto Fontova, "Heads Roll in Havana, Baffling 'Cuba Expert’", American
Thinker, 10 de marzo de 2009, disponible en
www.americanthinker.com/2009/03/heads_roll_in_havana_baffling.html (consultado el 11
de enero de 2010).
17. Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, "Colombia’s Untold
Success Story" (presentación), disponible en
www.usaid.gov/locations/latin_america_caribbean/country/colombia/Colombia_presentation.pdf
(consultado el 11 de enero de 2010).
18. Oficina de Responsabilidad del Gobierno a Eliot Engel y Connie Mack, Subcomité
de asuntos del Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes, Washington, 3
de diciembre de 2009, disponible en www.gao.gov/new.items/d10253r.pdf (consultado el
11 de enero de 2010).
19. Alfredo Corchado, "Mexican Military Raids Kill Reputed Drug Cartel Leader",
Dallas Morning News, 18 de diciembre de 2009; y Alexandra Olson, "Mexico Captures
Brother of Dead Cartel Leader".

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