martes, 2 de febrero de 2010

CAMBIOS DE CLIMA O CALENTAMIENTO DE PAÍSES: UN NUEVO RETO

Claudio Latorre, palio climatólogo del Centro de Estudios Avanzados en Ecología y Biodiversidad de la Pontificia Universidad Católica de Chile, sostiene que el calentamiento global es parte de un cambio climático que ha hecho que en el último siglo las temperaturas hayan aumentado en 0,6° C de forma sostenida. Y que hay puntos específicos donde el aumento ha sido mayor. En la Antártica, por ejemplo, se estima que el alza ha sido de 5 a 6° C.
Latorre explica que se sabe que estos cambios están asociados a la cada vez mayor población humana. "En la medida en que hay más gente, hay mayor presión por el uso de recursos, más contaminación y ello va redundando en efectos como el calentamiento global".
Esto se reafirma con el último informe del IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático), el cual sentenció que el hombre es responsable en 95% del calentamiento global.
Efecto invernadero
¿Y qué tienen que ver los gases?
Existe el llamado efecto invernadero, que permite la vida en la Tierra. De lo contrario, la superficie del planeta tendría una temperatura de 20 grados bajo cero. "Lo que sucede es que existen gases que permiten la entrada de luz solar y no dejan escapar el calor. Uno de esos gases es el dióxido de carbono (CO2), el cual ha aumentado de manera considerable desde la Revolución Industrial, intensificando dicho efecto y aumentando las temperaturas", asegura Latorre.
Hoy, 24 mil millones de toneladas de CO2 son generadas cada año como resultado de la quema de combustibles fósiles y actividad industrial. Aunque hasta ahora gran parte de esas emisiones son absorbidas por bosques y océanos, cuando este gas alcance determinados niveles en la atmósfera el sistema natural no podrá controlarlo y colapsará.
Ello sucedería cuando los niveles alcancen a 550 partes por millón, el doble de los niveles naturales. Este punto crítico sería alcanzado entre los años 2040 a 2050.
El calentamiento no va a detenerse. Se estima que en los próximos cien años la temperatura puede aumentar entre 2 y 4° C a nivel global. "Esto será más fuerte en el Hemisferio Norte, debido a que tienen mayor masa continental. Al contrario del Hemisferio Sur, donde hay más mar, el cual es capaz de absorber el calor y liberarlo en forma más lenta".
En cuanto a los efectos, Latorre advierte que dependen de las proyecciones en las temperaturas, pero se puede decir que el calentamiento global va a hacer que en algunas zonas del planeta llueva más que antes y en otras menos, o que habrá sequías donde antes nunca las hubo.
Hay factores innegables que indican que las temperaturas están subiendo. Por ejemplo, los glaciares están sufriendo un retroceso y un adelgazamiento con serias consecuencias para el clima. No hay que olvidar que junto con ser reservas de agua, los glaciares tienen directa influencia sobre la temperatura, pues ayudan a enfriar el ambiente al funcionar como espejos de la radiación.
Además, si se derriten van a provocar un aumento del nivel de las aguas y un cambio en los ecosistemas dependientes de la temperatura y la humedad generada por éstos.
Otros efectos de los que se habla es el impacto en bosques y océanos. El CO2 de la atmósfera se disuelve en el mar, provocando que los animales invertebrados experimenten dificultad para formar sus conchas.
Unos de los principales temas que en el último tiempo ha captado la atención de los políticos alrededor del mundo, ha generado debates acalorados, llenado portadas de diarios y revistas y hasta causado muertes inútiles ése es el cambio climático.
Han pasado mas de veinte años de control del gas de efecto invernadero mas conocido con sus siglas en inglés como (GHG) “grenhouse gas” y las negociaciones no han tenido ningún impacto discernible en el efecto de las emisiones, durante la conferencia de Copenhague (COP-15).
Mientras que todos los países demandan querer bajar emisiones de GHG, la mayoría de los países en vías de desarrollo rechazan pagar los costos de encapsular sus emisiones. Muchos países desarrollados son claramente también renuentes pagar los costos del control de GHG por sí mismos, lo que implica que los niveles seguirán elevándose.
Así los países necesitan una estrategia de largo plazo más amplia para disminuir el daño potencial de un clima cambiante. Tal estrategia implicaría la cooperación pero evitaría los objetivos poco realistas.
Algunos países pueden contribuir a más investigación y desarrollo de la energía o buscar nuevas maneras de adaptación al cambio de clima. La búsqueda del nuevo conocimiento es probable ser la llave al éxito de la política del clima.
Los acuerdos del control del gas de efecto invernadero (GHG) han sido ineficaces en la reducción del cambio de clima y continuarán siéndolo en gran parte porque muchos países están poco dispuestos pagar los costos de contener emisiones.
La llegada de la administración de Obama fue clave para marcar la abertura de una nueva era de “diplomacia del clima”, y muchos esperaban un gran progreso en la reunión COP-15.
Antes de que presidente Barack Obama se trasladara a la Casa Blanca, muchos países rechazaron pagar los costos de emisiones de GHG; ahora que él está allí, todavía están rechazando hacerlo.
Mientras que los países pueden firmar encendidos futuros acuerdos sobre el clima, tales acuerdos son poco probables de tener un impacto importante en niveles de la emisión.
El año pasado, los líderes en la cumbre de Asia y del Pacífico de la Cooperación Económica (APEC) adoptaron una estrategia de reducción escalonada de emisiones de GHG, y ahora el líder de la mayoría del Senado Harry Reid (D-Nev.) ha sugerido que el senado de los E.E.U.U. no tome esa acción en este año.
A pesar de ello, los líderes continúan hablando como si un acuerdo eficaz será posible sin embargo, los Estados Unidos son la llave a alcanzar ello.
Stephen D. Krasner, ha escrito lo qué él llama la hipocresía organizada que es una práctica común en política de mundo. Los estados se empapelan a menudo sobre sus conflictos con acuerdos bajo la mesa mientras que cada uno continúa persiguiendo sus propios intereses. Bajo el protocolo de Kyoto, por ejemplo, muchas naciones prometieron con mucha fanfarria contener sus emisiones de GHG.
La pregunta entonces se presenta: ¿qué puede ser necesario que hagamos realmente para disminuir la amenaza del cambio climático?
El panel intergubernamental en el cambio de clima (IPCC) y el informe oceánico y atmosférico nacional de la administración dice que la subida de concentraciones atmosféricas de CO2 se han acelerado sobre todo en las últimas décadas.
Muchos europeos culpan los Estados Unidos por este resultado debido a su rechazo al Protocolo de Kyoto.
Pueden tener razón, pero aceptar Kyoto habría significado altos costos y la disminución y de grandes transferencias de la renta de los Estados Unidos a otros países. La adopción del protocolo habría causado una pérdida económica neta.(la estructura legal de los E.E.U.U. hace más duro para que este país no haga caso de sus comisiones del tratado que para muchos otros estados.) Los moralistas pueden lamentarse, pero en política, el simbolismo vacío tiene sus aplicaciones.
La administración de Obama parece haber alcanzado la misma conclusión. Mientras que la administración reconoce que Kyoto era un maÌ modelo, no tiene una solución al problema que el mismo genero y todas las negociaciones anteriores lo hacen proclive a los costos para el control de GHG. Ausente tal solución, solamente dos opciones existen. Uno es hipocresía organizada, y el otro es confinar el acuerdo a los pasos que cada uno de los principales de los Estados de como le acomode en su propio mejor interés.

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